La cascadas y los saltos de agua son los accidentes geográficos más impresionantes que puedes encontrar en Islandia junto a los volcanes y los glaciares. Los hay de norte a sur en esta isla perdida en el Atlántico donde la naturaleza se aprecia en su máximo esplendor. Los glaciares, los movimientos tectónicos y la erosión han moldeado durante siglos las tierras islandesas hasta el punto que hay tantos ríos y saltos de agua o cascadas que muchos de ellos no tienen un nombre específico. No nos equivocamos, sin embargo, si decimos que existen en el país más deveinticinco cascadas asombrosas con majestuosos saltos

Gullfoss, la cascada dorada:

Gullfoss es la cascada más popular, la más visitada y la atracción «estrella» del Círculo Dorado. En los años veinte del pasado siglo estuvo a punto de desaparecer por un proyecto hidroeléctrico que llevaba consigo la creación de una presa en el río Hvita. Una mujer, Sigríður Tómasdóttir, hija del granjero dueño de las tierras donde se precipita Gulfoss, amenazó con quitarse la vida tirándose a las cataratas y logró así, con la inestimable ayuda de su abogado Sveinn Bjornsson, quien después se convertiría en el primer presidente de Islandia, que el plan de la central hidroeléctrica fuera abandonado y quedara en el olvido. Hoy, una escultura situada en la zona superior de la cascada, donde se concentran los miradores más recomendables, recuerda el comportamiento de esta mujer luchadora que salvó a las cataratas de su desaparición.

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